lunes, 25 de septiembre de 2017

Comida basura

Seguramente a lo largo de toda tu vida habrás oído muchas veces la expresión “comida basura”, pero ¿a qué hace referencia esta expresión?

Podríamos decir que la comida basura es aquella que está descompensada nutricionalmente, osea, con unos valores elevados en alguno de sus nutrientes o la falta de ellos (exceso de azúcares, de sal, de grasas, etc). Todo lo contrario a los alimentos que componen nuestra dieta mediterránea, que sigue siendo la mejor forma de comer y está reconocida en el mundo entero por sus beneficios sobre nuestra salud.

Lo cierto es que la falta de tiempo para cocinar o comer no ayuda para mantener las buenas costumbres que teníamos hace algunos años, y es por eso que poco a poco se ha ido introduciendo unas costumbres extranjeras que cada vez está más aceptada en la juventud y que desgraciadamente está dando como resultado un aumento del colesterol, obesidad y diabetes tipo 2 entre la población.

El caso es que desgraciadamente, la comida basura se reinventa cada vez más y saca nuevas tendencias o nuevos sabores que hace que cada vez crezca más su oferta. Un ejemplo de esto son las papas fritas, antes se servían como guarnición, después se les añadieron salsas, y ahora las podemos encontrar mezcladas con baicon, queso fundido y diversas salsas, hasta el punto de no saber muy bien lo que estamos comiendo.

Otro ejemplo son los refrescos, antes encontrábamos los de limón, naranja y cola, ahora existen una gran variedad de sabores, llegando incluso a mezclar cola con limón, con naranja, con frambuesa, con lima, con vainilla y cola con cereza. Algunos de estos sabores no han llegado aún a nuestro país, pero en EEUU ya existen y prometen llegar en los próximos años para intentar mantenerse en nuestro consumo diario.

En esta tabla podemos ver la diferencia en Kcal/ración entre los alimentos considerados sanos y los que podríamos considerar comida basura:

Dieta mediterránea
Comida basura
Alimento
Kcal
Alimento
Kcal
200g Papas hervidas
140
200g Papas fritas
528
Porción de pizza margarita
233
Porción de pizza barbacoa
275
200g Paella
308
1 Hamburguesa con queso y baicon
795
250g Potaje de garbanzos
225
1 Perrito caliente
242
1 vaso de zumo
112
Refresco
139
Bocadillo de jamón serrano
290
Bocadillo de vueltas con queso y alioli
715

Teniendo en cuenta que este tipo de alimentación viene de países como EEUU o Reino Unido y tienen una obesidad del 36.5% o 25% respectivamente de la población total, podemos hacernos una ligera idea de cuales son las consecuencias derivadas de su consumo continuo.

A veces nos decantamos por una comida basura porque es rápida, “barata” o por su facilidad para prepararla, pero lo cierto es que hay platos sanos que pueden ser igual de sencillos y rápidos, sólo hay que conocerlos y ponerlos en práctica.

¿Sabías que….
…la dieta mediterránea está reconocida por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad?

…la comida basura no siempre es la más barata ni la más rápida de preparar?

                          Publicado en el número 19 de la revista "De Reojo" de septiembre de 2017 en la página 28
                                                                                                                                            Visita la versión publicada
                                                                                                                                                              

miércoles, 2 de agosto de 2017

Contenido de sal en los alimentos

Mucho se ha hablado del exceso en el consumo diario de azúcar y los problemas de salud relacionados, pero quizás no tanto sobre el contenido de sal en los alimentos, y lo cierto es que es otro problema que existe en la sociedad.

El exceso de sal puede producir hipertensión arterial, problemas renales, enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares, retención de líquidos o incluso la muerte. Es por eso que la OMS recomienda no sobrepasar de 5 g de sal al día, pero en España, el 80% de la población consume una media de 9,7g de sal al día, y es que el 70-75% de la sal que tomamos proviene de los alimentos procesados.

Una buena costumbre es la de no añadir sal a las comidas y hacer el paladar a la alimentación sin sal, ya que los alimentos frescos en su composición ya la tienen incluida por naturaleza. Si por el contrario, queremos seguir tomándola, deberíamos acostumbrarnos a probar los alimentos antes de añadir una cantidad  que puede que no sea necesaria.

Reduciendo la cantidad en de las comidas, no sólo mejoraríamos nuestro estado de salud, sino que reduciríamos la necesidad de tomar fármacos.
Existen productos similares al que buscamos (otras marcas) que pueden contener una cantidad diferente de sal, haciendo el producto más saludable, sólo hay que leer las etiquetas, aunque a veces, en las etiquetas no viene el contenido de sal sino el contenido de sodio y para saber cuanto tiene añadido, hay que multiplicar por 100 la cantidad de sodio y dividir el resultado entre 40.

La sal común es una mezcla de sodio y cloro, pero la sal marina contiene una variedad de minerales que la hacen más saludable, contiene cloruro de magnesio, calcio, yodo, sodio, potasio, manganeso y cloro, aún así, al igual que con la sal común, no se recomienda abusar de ella.

              Publicado en el número 22 de la revista "De Reojo" de marzo de 2018
                                                                                    Visita la versión publicada

viernes, 23 de junio de 2017

La dieta del verano


Si te has parado aquí esperando leer una dieta milagrosa que consiga bajarte peso sin controlar la alimentación ni hacer ejercicio físico, quizás perteneces a ese porcentaje de personas que aún cree en los milagros.

Todas las dietas destinadas a la bajada de peso te harán perderlo, todas, y aunque esto parezca algo lógico, no lo es tanto cuando la gente busca alternativas para bajar peso. Lo verdaderamente importante es que la dieta esté bien equilibrada y que a la hora de realizarnos una analítica de sangre salgan todos los valores dentro de los parámetros saludables, y aquí es donde fallan la mayoría. Una dieta bien confeccionada te hará perder grasas y te subirá el metabolismo basal, las demás posiblemente te hagan perder salud.

Las dietas milagro no existen, que no te engañen, no existe una pastilla o alimento que por si solo te haga bajar peso.

La dieta como tal no debería de existir si la vamos a usar como espacio de tiempo hasta llegar a una meta marcada, lo que debes es realizar un cambio de hábitos que se mantengan en el tiempo, y a ser posible ponerlos en marcha mucho antes de llegar el verano para evitar convertirnos en una especie de estudiante desesperado que estudia el día antes de un examen. Entonces aparece la conocida como operación bikini, que da su pistoletazo de salida en el preciso instante en el que sale el sol, comienza el buen tiempo y el aire huele a una mezcla de brisa marina y cremas solares.

En verano, debido al buen tiempo y los calores, podemos aprovechar para comer salpicones, gazpachos, ensaladas, salmorejos, frutas de temporada y tomar muchos líquidos, y cuando hablo de líquidos me refiero a agua, ya que las bebidas alcohólicas producen deshidratación, las bebidas gaseadas nos van producir hinchazones no deseadas y las bebidas azucaradas nos van a aportar Kcal que no nos van a ayudar a mantener la línea.

También podemos aprovechar para realizar algún tipo de ejercicio al aire libre como caminar o hacer senderismo, correr, montar en bicicleta o aprovechar para ir a la playa y nadar, montar en canoas o hacer uso de patines de pedales de playa, y es que no hay nada como realizar un ejercicio al aire libre ya que podemos hacer dos cosas a la vez, ejercicio y disfrutar de un día estupendo tomando el sol, pero no te olvides del protector solar y evitar las horas más calurosas (entre las 12:00 y las 16:00).

Para evitar tomar helados y polos industriales, podemos aprovechar el jugo de la piña de las latas, hacer zumos de frutas como el melón o la sandía o comprar zumos embasados y refrigerados, los de 100% fruta exprimida e introducirlos en moldes y en el congelador. Harán la misma función con menos Kcal.

¿Sabías que en verano…

… apetece comer menos y beber más?

… se retiene más líquido y los cuerpos se hinchan?

Publicado en el número 18 de la revista "De Reojo" de junio de 2017 en la página 28

viernes, 16 de junio de 2017

La tendencia que nos llega

Este mes de junio aproveché mis vacaciones para visitar la cuna de la alimentación "basura", Nueva York y además de conocer una ciudad que siempre se te pasa por la cabeza alguna vez a la hora de decidir un destino, aproveché para observar las costumbres alimenticias que tienen y las que en un futuro no muy lejano terminará por invadirnos al 100% como no pongamos remedio, de hecho, ya forman parte de nuestro día a día en muchas personas que nos rodean.

La alimentación que pude comprobar es la de una persona que no tiene tiempo para dedicarle a la cocina o a la comida, y muchas de las veces la hace fuera de casa o de camino al trabajo mientras camina por las calles.

Una especie de plaga de carritos de comida basura (hamburguesas, perritos calientes, burritos, refrescos, etc...) inundaba las calles, y no era fácil evitar este tipo de imposiciones que te hacía la misma ciudad, ya que si querías algo diferente costaba mucho encontrarlo o tenías que
estar dispuesto a dejarte una buena cantidad de dinero.
Los refrescos por su parte, parecen reinventarse para proporcionar una variedad más amplia de la que no puedas escapar si estás deseando dejarlos, porque siempre te quedará el decir.... este no lo he probado.

Lo curioso de todo esto, es que lo que para nosotros es una comida basura, para ellos es su alimentación habitual, y el precio puede oscilar sobre los 16 dólares (aproximadamente igual en euros) por una hamburguesa, unas papas fritas y un refresco.

Aquí, en España, todavía hay sitios donde por 6-10 euros puedes comer un primer plato, segundo plato, postre, pan y bebida, y entre ellos alguna ensalada, y lo sé porque alguna vez que otra hago uso de ello y sinceramente, aquí se come de lujo, y uno no se da cuenta hasta que sale a otros países.

Uno de los detalles que pude observar es que los obesos abundaban por la ciudad, pero parecía que con más incidencia en la raza negra, algo curioso, ya que tienen una mayor facilidad para desarrollar la masa muscular y por lo tanto tener el metabolismo basal más elevado, lo que me llevó a pensar que posiblemente tuviera gran importancia su tipo de vida o su nivel económico y/o social, así que empecé a observar el tipo de trabajo que llevaban.

Tras la observación me fui a datos sacados del Center for Disease Control and Prevención donde nos dice esto:

Non-Hispanic blacks have the highest age-adjusted rates of obesity (48.1%) followed by Hispanics (42.5%), non-Hispanic whites (34.5%), and non-Hispanic Asians (11.7%). Obesity is higher among middle age adults age 40-59 years (40.2%) and older adults age 60 and over (37.0%) than among younger adults age 20–39 (32.3%).

A modo de traducción resumida de la parte que estamos tratando: la población de raza negra no hispana, tiene la mayor prevalencia de obesidad (48,1%), mientras que los blancos no hispanos tienen catorce puntos menos (34,5%).

Aunque existe una gran integración de las razas en Nueva York, si es cierto que los trabajos en los que pude observar a las personas de raza negra eran trabajos de conductores de transportes, sector servicios, o sector construcción, y quizá los ingresos no son tan altos como para permitirse una ensalada por el módico precio de 12 dólares, o tal vez la cultura o educación que han recibido no les lleve a declinarse por esta opción.

Mis conclusiones sobre este tema sólo están basadas en la observación y el posterior análisis, pero me invita a pensar que extrapolando este tipo de observaciones, comparándolas con la obesidad que padecemos en Canarias, y viendo que las costumbres americanas terminan por aterrizar y asentarse en nuestra tierra con gran facilidad, el futuro que nos espera en los próximos 10 años no parece ir a mejor a menos que le pongamos remedio.

Un dato a tener en cuenta y que me gustó mucho, es que las comidas "basura" en los establecimientos tienen puesto en el cartel la cantidad de Kcal que tienen cada uno de los alimentos, lo que hace que si sabes cuantas Kcal debes ingerir diariamente puedas poner algún tipo de control. Una pequeña ayuda al menos, pero es algo que habrá que analizar en profundidad para ver si sirve de algo.

En esta foto se puede ver como las hamburguesas rara vez bajan de 600 kcal, a lo que habría que añadir las kcal de las papas fritas y las del refresco o/y el batido. Podríamos estar hablando de unas 1500 kcal de una sola sentada y si encima, algún día que otro, cenan lo mismo, ya hablamos de 3000 kcal, sin contar con el desayuno y la merienda.
Si una persona habitualmente necesita entre 1500 y 2500 kcal para su día a día, nos encontramos que en muchos de los casos, superan o incluso duplican la cantidad de kcal/día que necesita.

Espero que no lleguemos a esto ya que a la hora de vendernos sus costumbres se olvidan de decirnos cuales son las consecuencias que ellos mismos están sufriendo. Mantengamos nuestra dieta mediterránea, ha demostrado tras el paso de los años que sigue siendo la mejor manera de cuidar nuestra salud.

lunes, 22 de mayo de 2017

Niños de 12 años con diabetes: la epidemia que arrasa Canarias y nadie sabe frenar

Un 44,2% de menores padecen sobrepeso y el porcentaje de obesos adultos ha crecido un 22% en la última década. Un cuadro muy alarmante que hace temblar el sistema sanitario




Foto: La obesidad infantil es uno de nuestros mayores problemas de salud pública. (Corbis)
La obesidad infantil es uno de nuestros mayores problemas de salud pública. (Corbis)
Autor
David Brunat


Si los datos de obesidad que registra Canarias se trasladasen al resto de España, estaríamos ante la mayor epidemia en lo que llevamos de siglo, una amenaza no solo para la salud pública sino para la supervivencia de nuestro sistema de sanidad. Y, sin embargo, apenas se conoce fuera del archipiélago lo que allí ocurre: tasas de obesidad infantil que superan el 44%, niños de 12 años con hipertensión y diabetes que acarrearán, ya de por vida, una mortalidad por sobrepeso alarmante, con el doble de obesos que hace 25 años, y como dato que lo glosa todo: Canarias como el lugar con mayor índice de obesidad mórbida de toda Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Cuando un pediatra nos deriva a un niño, generalmente ya viene con problemas de colesterol o de tensión alta. Y hay que actuar de inmediato para normalizar su peso", explica Inmaculada Bautista, doctora del Instituto Canario de Medicina y Nutrición. "La edad crítica son los 12 o 13 años, que es cuando ya empiezan a observarse problemas de salud graves. Casi siempre se trata de malos hábitos heredados de sus familias, como el sedentarismo y la mala alimentación. Por suerte los niños son buenos pacientes, lo que cuesta es mentalizar a los padres".
La edad crítica son los 12 o 13 años, cuando empiezan a observarse problemas de salud graves. Casi siempre malos hábitos heredados de la familia
Si bien España destaca desde hace años en el 'ránking' europeo de obesidad, en el que hoy ocupa la segunda posición (17% de población obesa y 53,7% con sobrepeso) justo por detrás de Reino Unido, el caso de Canarias es todavía más grave. Por tres razones principales: el menor nivel socioeconómico de la población, que deriva en peores hábitos de salud; la influencia del turismo, mayoritariamente británico, que extiende el consumo de comida rápida y alimentos ricos en grasas; y la paradoja de tener Gran Canaria y Tenerife las cestas de la compra más caras de España pese a ser dos de las provincias más pobres, con especial carga sobre los productos frescos, hecho que favorece el consumo de procesados.



Canarias es el lugar con mayor índice de obesidad mórbida de Europa, según la OMS. (EFE)
Canarias es el lugar con mayor índice de obesidad mórbida de Europa, según la OMS. (EFE)
Todo ello provoca que un 44,2% de niños canarios padezca sobrepeso, en comparación al 26% del resto de españoles y el 23% de media en la OCDE, según un informeelaborado por The Economist junto a expertos españoles. O que el porcentaje de obesos en los dos sexos haya crecido un 22% en la última década en el archipiélago. O que una persona tenga hasta siete veces más posibilidades de morir de diabetes en Canarias que en Madrid, con una media de 385 fallecidos al año (más de un muerto al día) por esta enfermedad entre 1981 y 2011, según datos del estudio DARIOS. Ese informe, avalado por la Federación Internacional de Diabetes, revela que la muerte de mujeres por esa enfermedad a principios de los años 80 era un 20% mayor en Canarias que en Andalucía (comunidad con que comparte muchos de los índices socioeconómicos), y sin embargo hoy es un 400% más elevada.
Una persona tiene siete veces más posibilidades de morir de diabetes en Canarias que en Madrid, con 385 fallecidos al año (más de un muerto al día)
Un no parar de datos a cual más alarmante "más propios de países emergentes que de países desarrollados", advierte Bautista. En efecto, el cuadro de obesidad infantil, diabetes temprana, enfermedades crónicas por sobrepeso y la saturación de los centros hospitalarios se replica en México, América Central, y países árabes como Egipto y Arabia Saudí. Pero es difícil encontrarlo en el club del primer mundo al que pertenece España.
"El nivel sociocultural de la madre es clave, y en Canarias tenemos uno de los índices educativos más bajos del país. Es lo mismo que ocurre en otras comunidades autónomas, solo que aquí las causas de obesidad están más extendidas. Si hay algo que quizá hace distinta a Canarias de otras regiones es la poca aplicación de la dieta mediterránea. Son islas que viven de turistas [británico y alemán principalmente] con hábitos alejados de nuestra dieta, con un consumo menor de aceite de oliva y de verduras, frutas y ensaladas", indica la experta.



Turistas paseando por el sur de Gran Canaria. (EFE)
Turistas paseando por el sur de Gran Canaria. (EFE)

Nutricionistas en las escuelas

Iván Tardón, nutricionista en Gran Canaria, lleva diez años tratando casos de obesidad y cada vez recibe a más niños. Un síntoma de que algo no funciona, tanto en los hogares como en las escuelas. "En la consulta sueles comprobar que los padres no se implican directamente en la alimentación de los niños. Cuando vienen es porque ya es el último recurso y están asustados. Luego les preguntas qué come el niño y ves que en casa come lo que le apetece, porque si algo no le gusta le cambian el plato o no se lo ponen más, y al final lo que les apetece es comer pizzas y hamburguesas. Es muy común. Por eso hay que reeducar no solo al niño sino a los padres, y hacerles ver que tienen que esforzarse en que los niños tomen hábitos saludables si no quieren ser personas enfermas en el futuro".
Para ello, Tardón urge a la consejería de Educación canaria a actuar: "El gran problema, tanto en Canarias como en España, es que no hay presencia de nutricionistas o dietistas en las aulas. Hay que convertir ese tipo de educación en asignatura obligatoria, a la que no solo vayan niños sino también los padres, que son los responsables de las malas costumbres de sus hijos. Está bien que el gobierno de Canarias reparta folletos o quite las máquinas de refrescos y la bollería industrial de las escuelas, pero hay que dar un paso más".



Un grupo de niños almuerza en un comedor escolar. (Reuters)
Un grupo de niños almuerza en un comedor escolar. (Reuters)
"En Canarias estamos acostumbrados a comer muchas patatas, hay un exceso de hidratos de carbono y de procesados, y eso se suma a un sedentarismo extremo, aquí la gente no está acostumbrada a la actividad física. Eso se acumula y da pie al síndrome metabólico: altos niveles de grasa, diabetes tipo 2, hipertensión y colesterol", continua el nutricionista. Precisamente, el riesgo para el sistema de salud pública se resume en ese síndrome: la obesidad genera cada vez más consultas médicas, más tratamientos, más ingresos hospitalarios y más salidas de urgencia en unos hospitales que, como en el resto del país, ya están de por sí saturados. Un ejemplo: hay siete veces más diálisis renales en Canarias que en el País Vasco, así como muchas más amputaciones de piernas por diabetes y la tasa más alta de ceguera (retinopatía diabética) de España, según Antonio Cabrera, coordinador del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de La Laguna (Tenerife).
En Canarias hay siete veces más diálisis renales que en el País Vasco, así como muchas más amputaciones de piernas
"Se bebe muy poca agua y mucho refresco, la gente se pasa el día tomando azúcar. Eso se suma al uso masivo de las nuevas tecnologías, ves a los niños sentados en los bancos con el móvil en lugar de estar jugando a la pelota. Los móviles se han convertido en un factor muy importante en el aumento de la obesidad en niños y también en adultos", sostiene Tardón. Bautista confirma esta percepción: "El sedentarismo en niños es muy alto y se debe a varias razones. Pasan muchas horas con los videojuegos, la televisión o el teléfono móvil, y son hábitos que casi siempre van ligados a la obesidad infantil. Los padres deben poner límites".



Un trabajador durante la hora del almuerzo. (Corbis)
Un trabajador durante la hora del almuerzo. (Corbis)
El último estudio ALADINO confirmó que a más horas de ocio sedentario (más de una hora de uso de ordenadores o videoconsolas y otras dos de televisión al día) mayor prevalencia de obesidad. Una "enfermedad", como insiste en calificarla Bautista, que se incrementa a partir de los 7 años de edad y continúa en aumento en los años siguientes, según indica el estudio público, que también incide en el menor número de horas de sueño y el menor nivel socio-económico de la familia como causas principales.
Si seguimos en esta progresión, las generaciones futuras tendrán una esperanza de vida menor, algo sin precedentes
“El estudio ALADINO refleja que ha disminuido la prevalencia de sobrepeso en niños y niñas, y eso es positivo porque las tendencias son muy importantes. Pero necesitamos políticas públicas de salud adecuadas para prevenir la obesidad infantil, porque es un problema muy serio que, una vez establecido, se hace muy difícil de curar. Si seguimos en esta progresión, las generaciones futuras tendrán una esperanza de vida menor, algo sin precedentes", analiza Bautista, antes de advertir a los cargos políticos: "Tomar medidas de salud pública no es algo que dé votos, porque son intervenciones cuyo resultado no se ve a corto plazo, por eso se destinan muchos recursos a los centros hospitalarios, donde puedes hacerte una foto en la inauguración, y muy pocos a campañas de prevención. Pero me consta que los políticos son conscientes del grave problema que hay en Canarias".

Acceder al artículo original publicado en El Confidencial


martes, 2 de mayo de 2017

Obesidad infantil en Canarias

Entre el año 1998 y el 2000, el estudio enKid6, realizado en población española de 2 a 24 años,  establecía para Canarias una prevalencia total de un 32,8% entre obesidad (18%) y sobrepeso (14,8%).
Las encuestas de salud 2003, 2006 y 2009 en una población de 2 a 17 años, encuentran una prevalencia de obesidad y sobrepeso de entre 29-38% en varones, y entre 33-39% en mujeres, estando Canarias entre las Comunidades con peores resultados del territorio nacional.


¿Pero, a que es debido todo esto?.
Bajo mi punto de vista y desde mi experiencia profesional, puedo decir que existen unos factores que ayudan a que esto se asiente más en la sociedad canaria:

1- El precio de la cesta de la compra en Canarias y particularmente en la provincia de Las Palmas es la más alta de todo el país, lo que hace que se elijan alimentos según el precio en lugar de hacerlo por su valor nutricional.
Si tenemos en cuenta que las verduras, frutas, pescados y carnes pueden ser los alimentos más caros frente a las pastas, arroces, azúcares, comidas precocinadas, bollería y "comida basura" veremos una clara predisposición a elevar el consumo de hidratos de carbono en la sociedad Canaria.

2- Muchos casos que he visto en consulta me llevan a opinar que las nuevas generaciones no obligan a sus hijos a comer lo que comen todos los miembros de la familia, cambiándoles el plato que el niño rechaza por otro que sea de su agrado, lo que hace que no exista una educación alimenticia básica en el seno de la familia.

3- Las nuevas tecnologías y las facilidades que existen hoy en día para adquirirlas. En Canarias las nuevas tecnologías pueden tener un precio más asequibles por la existencia del IGIC frente al IVA, lo que hace que videojuegos, patines eléctricos, móviles, televisiones, etc. sean más usados frente a actividades físicas.

Desde el Gobierno de Canarias se ha realizado algunos movimientos para solucionar este tema, como el lanzamiento de un documento llamado “Abordaje de la Obesidad infantil y Juvenil en Canarias”, dirigido a profesionales de la salud de atención primaria, pero bajo mi punto de vista, esto no es lo más efectivo, y viendo lo que se ha conseguido hasta el momento creo que es digno de valorar.

¿Cuál es la solución?

Como todo, es muy fácil ver los toros desde la barrera y proponer cosas, pero hay que estar dentro para saber cuales son las posibilidades reales que se pueden usar para poner una solución. Pese a esto, creo que pueden haber algunas soluciones:

1- Impartir una asignatura obligatoria en los colegios donde se eduque al niño a comer sano, reduzca el consumo de alimentos altos en grasas saturadas y de azúcares, siendo consciente de su propia alimentación.

2- Enseñar a los padres a educar a sus hijos en la mesa. Esto puede hacerse mediante anuncios en televisión como los que usa la DGT. La salud está en juego y hay que hacer que lo vean.

3-Evitar los juegos sedentarios (video juegos) y potenciar más las actividades físicas.

4- Educar a los padres para que regalen balones, sogas para saltar, ropa deportiva, bicicletas o patines en lugar de patines eléctricos.

5- Evitar los anuncios de golosinas, chocolates, refrescos en televisión tal y como se hace con el tabaco.

La sociedad va hacia una vida más sedentaria a cada año que pasa y eso es palpable. Si no le ponemos remedio en unas décadas tendremos una sociedad enferma.




martes, 28 de marzo de 2017

Cuidarse a los 40



Cuando tenemos 20 años apenas pensamos en nuestra salud, y cuando lo hacemos, creemos que somos de acero y que nada nos va a afectar, pero lo cierto es que cuidar nuestra salud durante todas nuestras etapas es vital para tener una calidad de vida y una vejez excelente, sobretodo, si tenemos en cuenta, una serie de cambios que se van produciendo.

A los 30 años nuestro cuerpo comienza a perder masa muscular progresivamente y como resultado, disminuye el metabolismo basal, haciendo que almacenemos grasas más fácilmente.

A partir de los 40, los cambios son mayores y la recuperación tras un entrenamiento es mucho más lenta, lo que puede hacer que nos lesionemos con mayor facilidad. La tensión arterial puede empezar a aumentar y se van perdiendo otras facultades como la velocidad, la fuerza y la flexibilidad. La única que puede seguir mejorando es la resistencia.

A partir de esta edad aparece el miedo a envejecer y la motivación por retomar el ejercicio físico, lo que hace que aparezcan dos tipos de personas: los deportistas retirados que retoman la actividad tras un período de parón y los que nunca han hecho ejercicio y quieren empezar. Tanto unos como otros tienen el peligro de comenzar una actividad de manera brusca tras un gran periodo de sedentarismo y producir un problema mayor.

La mejor actividad puede ser una combinación de ejercicios aeróbicos para quemar el exceso de tejido graso añadiendo unas sesiones de ejercicios de pesas para intentar recuperar ese metabolismo basal o enlentecer la pérdida de masa muscular y finalizar con unos ejercicios de estiramientos para reducir la rigidez que va haciendo que perdamos la flexibilidad. De esta manera retrasaremos el envejecimiento.

La tensión arterial se puede mejorar con ejercicios aeróbicos bien realizados, con un pulsómetro. Si los hacemos de manera descontrolada es más que probable que consigamos empeorar la hipertensión.

El agua y la alimentación son fundamentales en todas las etapas, pero van teniendo una especial importancia a partir de ciertas edades donde la deshidratación y el sedentarismo van siendo cada vez más presentes. Un buen consejo es reducir el exceso de azucares y grasas en la alimentación, cambiando las grasas saturadas por poliinsaturadas, introduciendo más vegetales y frutas, bebiendo más agua, eliminando el alcohol y reduciendo la sal de las comidas.

No te lleves una desilusión, se puede seguir entrenando y compitiendo, pero adaptando cada ejercicio a la nueva realidad siendo consciente de esas limitaciones.

¿Sabías qué…

….los dolores articulares pueden ser el resultado de una pérdida de masa muscular excesiva?

….el colesterol y los triglicéridos pueden ser el resultado del sedentarismo y de la falta de control en los alimentos?

…..la hipertensión puede deberse al exceso de sal, al sedentarismo o un mal entrenamiento?

….el estreñimiento puede ser causado por el sedentarismo y no beber el suficiente agua?

….el estrés y el nerviosismo pueden ser por falta de actividad o carencia de alguna vitamina o mineral?

¡Cuidarse es la solución a muchos de tus problemas de salud!

Publicado en el número 17 de la revista "De Reojo" de marzo de 2017 en la página 28
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